Cada 13 de julio se conmemora el Día Internacional del Sarcoma, una afección con baja incidencia y tratamiento multidisciplinario. Se trata de un tipo de tumor poco frecuente, que padecen alrededor de cinco personas cada 100 mil al año. Hay más de 150 tipos y se desarrolla tanto en huesos como en tejidos blandos del organismo

Los sarcomas, en conjunto, tienen una incidencia de menos de cinco personas cada 100.000 al año. Si se compara con el cáncer de mama, que afecta a 129,1 mujeres cada 100.000 en el mismo tiempo; o con el de pulmón, que sufren 53,1 personas cada 100.000 en 365 días, podrá entenderse por qué el mundo en general no presta demasiada atención a una enfermedad que representan menos del 1% de todos los cánceres. Sin embargo, como suele decirse, a quién le toca padecerla, le representa su 100%.

De allí que en el Día Internacional del Sarcoma, bien valga la pena conocer y generar conciencia acerca de este tipo de cáncer, que posee más de 150 variedades reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y del que en los últimos años se experimentaron importantes avances en su diagnóstico y tratamiento.

Los sarcomas son un grupo heterogéneo de tumores que pueden aparecer a partir de distintos tejidos y en diversas partes del cuerpo, aunque aproximadamente el 60% de ellos se presenta en brazos o piernas, el 30% en tronco o abdomen y el 10% en cabeza o cuello.

A grandes rasgos, existen dos grupos:

  1. Sarcomas de partes blandas (SPB). Son los que se desarrollan en los tejidos blandos del organismo como los músculos, tendones o grasa. Son tumores poco frecuentes. Constituyen aproximadamente un 1% del total de tumores malignos, y son responsables del 2% de la mortalidad debida a cáncer. Son ligeramente más frecuentes en hombres que en mujeres y pueden darse en todas las edades, incluso en niños y adolescentes. La edad máxima de aparición en adultos está entre los 40 y 60 años.
  2. Sarcomas óseos. Son tumores muy infrecuentes y afectan sobre todo a niños y adolescentes, con una incidencia que se estima en un paciente nuevo por año por cada 100 mil habitantes. A pesar de su rareza, constituyen la quinta causa de cáncer en adolescentes y jóvenes entre 15 a 19 años.

El tratamiento de estos tumores debe ser multidisciplinario y se considera imprescindible en enfermedad localizada, que sea valorado por un comité de expertos (cirujano, traumatólogo, radiólogo, anatomopatólogo, oncólogo médico, oncólogo radioterápico y cirujano plástico), para decidir el plan diagnóstico y terapéutico más adecuado en cada caso.

De acuerdo al grado de complejidad en cada caso se aplicará el tratamiento pertinente, que podrá incluir intervención quirúrgica para extraer las células cancerosas, radioterapia, quimioterapia, tratamiento farmacológico e inmunoterapia.

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