En la enfermedad de Alzheimer, existen signos que pueden ser indicios de esta patología. Pero, al mismo tiempo, muchas de estas señales pueden confundirse con cambios típicos relacionados con la edad. ¿Cuáles entonces son normales y a cuáles hay que prestarles atención para consultar con el médico?

La Asociación de Alzheimer de Estados Unidos elaboró una lista con 10 señales de alerta y cuáles son las que no deben preocupar.

1.  Olvidar información. No recordar un dato recién aprendido es una señal frecuente, en especial en etapas tempranas. No recordar de vez en cuando un nombre o una cita, pero hacerlo después, no es para preocuparse. Sí hay que considerar, cuando se olvidan fechas o eventos importantes o si se pide la misma información una y otra vez.

2. Dificultad para resolver problemas. También se puede expresar en dificultad para cumplir los pasos de una receta, para concentrarse o para seguir un plan. Errores de vez en cuando al hacer sumas y restas no son motivo de preocupación.

3. Dificultad para hacer tareas habituales. Pedir ayuda alguna vez para utilizar un electrodoméstico o aparato electrónico no es un problema, pero se debe consultar cuando las tareas cotidianas se hacen difíciles de completar, por ejemplo llegar a un lugar conocido.

4. Desorientación de tiempo o lugar. Con la edad, las personas pueden confundirse el día de la semana, pero darse cuenta después. En el mal de Alzheimer no recuerdan fechas, estaciones y el paso del tiempo. Muchas veces, pueden olvidar dónde están y cómo llegaron a ese lugar.

5. Dificultad para comprender imágenes visuales. Con la edad, suelen aparecer problemas vinculados con las cataratas, pero las personas con Alzheimer pueden tener dificultad para leer, determinar colores o medir distancias.

6. Problemas al hablar o escribir. Aparecen dificultades para participar de una conversación o para encontrar las palabras correctas: suelen llamar a las cosas por un nombre que no es el que corresponde. No hallar ocasionalmente la palabra exacta al hablar es un cambio lógico de la edad.

7. Poner objetos fuera de lugar. Si ocurre aleatoriamente, no es un motivo de preocupación, pero sí lo es cuando las personas pierden cosas y no pueden recalcular sus pasos para encontrarlas, o acusan a otros de robar lo que no encuentran.

8. Cambios en el buen juicio. Tomar una mala decisión de vez en cuando es algo que excede a la edad, pero en el Alzheimer hay cambios serios en el juicio y en la toma de decisiones, o también se presta menos atención al aseo personal.

9. Pérdida de iniciativa. Los pacientes con Alzheimer pueden empezar a perder la iniciativa en el trabajo o en sus actividades sociales. No es lo mismo que a veces sentir cansancio por la cantidad de obligaciones.

10. Cambios de humor o personalidad. Es una señal de alerta cuando las personas se ven confundidas, ansiosas, deprimidas o temerosas. En cambio, los adultos mayores suelen desarrollar formas muy puntuales de hacer las cosas y se enojan cuando esa rutina se interrumpe.

Frente a cualquiera de estas señales de alerta, es recomendable consultar al médico de cabecera, al geriatra o a un neurólogo, para que evalúe la historia clínica y realice las pruebas que considere necesarias para descartar otras patologías.

En caso de confirmarse el diagnóstico de Alzheimer, si bien la enfermedad no tiene cura, la detección precoz no sólo posibilita la prescripción de fármacos para lentificar el deterioro de habilidades cognitivas, sino también que el paciente y su familia puedan implementar estrategias de cuidado para minimizar el efecto de la enfermedad en la vida diaria.

Fuente: Asociación de Alzheimer de Estados Unidos, Mayo Clinic

 

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