El diagnóstico de cáncer genera un impacto familiar que atraviesa de manera disímil a sus integrantes. Sin embargo, para el paciente la importancia de la contención en esa red filial es fundamental. Gran parte de la atención de los pacientes se realiza en los hogares y esa condición permite una sobrevida mayor.

La atención cotidiana deja de ser la de un enfermero y pasa a la atención de personas del círculo familiar del paciente: cónyuges, hijos, padres o parientes fuera del círculo primario.

Entre las recomendaciones de las fundaciones dedicadas a la contención de pacientes con cáncer, se encuentra que la o las personas que se ocupen de acompañar los tratamientos sean las mismas desde el comienzo, ya que cumplen un rol fundamental en el equipo de atención de salud.

Este es un espacio de intimidad que incluye no solamente la ayuda en tareas cotidianas, ayuda con medicaciones, compañía en las visitas médicas y administración de horarios, pero a la vez el apoyo emocional y espiritual a la hora de evaluar decisiones importantes y sopesar sentimientos. Muchas veces, ese familiar es el interlocutor con el médico de cabecera, ya que advierte cambios que inciden en el tratamiento.

Para los médicos, los familiares a cargo del paciente son considerados “proveedores informales de atención”, ya que proporcionan tareas de apoyo para los pacientes que constituyen pilares fundamentales, porque atienden los aspectos físicos, psicológicos, espirituales y emocionales.

Desde la perspectiva de los especialistas médicos, los familiares desempeñan un rol importante en el manejo de la enfermedad y por su cooperación son incluidos en el núcleo de la atención médica y forman parte fundamental del tratamiento: no piensan exclusivamente en el tratamiento del paciente, sino que consideran a su entorno.

Buena parte de los equipos oncológicos incluye a los familiares que asisten al paciente en la planificación y son fuente de consulta para la toma de decisiones que impactan en el tratamiento. Por ello, los especialistas prefieren que el rol del familiar recaiga en una sola persona, ya que proporcionar repetidamente la información repercute negativamente en el tratamiento.

Del mismo modo, los especialistas hacen una evaluación del entorno familiar del paciente: registran en su historia clínica una valoración de los integrantes para contemplar cuestiones fundamentales como, en caso de tenerla, su relación con la pareja, la composición de la estructura familiar y sus características.

Un aspecto fundamental es qué mirada tiene la familia respecto del cáncer, ya que si su discurso es negativo o demasiado optimista -al punto de perder contacto con la realidad-, repercutirá negativamente en el rol de acompañante en el proceso de curación.

Errores más comunes

La médica psiquiatra del Hospital Italiano Daniela Habsuda explica en el portal de la institución que ante la noticia de la enfermedad, en algunos entornos se producen ausencias significativas.

“Hay gente que siente mucho miedo y se aleja, muchos (pacientes) pierden familiares o amigos porque tienen miedo al contagio espiritual, emocional. A los que se quedan siempre trato de decirles que estén al lado, ni adelante ni detrás”, indica la especialista

“Adelantarse sería ayudarlo sin que pida ayuda, ponerle las pantuflas sin dejarlo que lo haga él, servirle sin que lo pida. No hay que invalidarlo ni -otra cosa muy común- darle de comer, insistirle ´tenés que comer´, eso es lo que más pasa”, asegura.
“Ir detrás sería empujarlo a que haga cosas: ´es un lindo día, vamos, salgamos´. Pero, muchas veces, la persona está cansada, viene de hacer quimioterapia. No está deprimida sino que necesita descansar. Hay que entender que, lo que antes hacía en media hora, le va a llevar más tiempo. Y se va a levantar, se va a bañar, le va a costar y -quizás- después de desayunar tenga ánimos de salir. Lo único que yo aconsejo es que no se quede en la cama, que vaya al living, porque estar acostado y en un lugar oscuro propicia la depresión. En cambio, la luz, estar sentado, es un antidepresivo natural”, indica la especialista.

Fuentes: Hospital Italiano. National Cancer Institute (EEUU)

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