En el ámbito de las terapias complementarias, una de las que más creció en los últimos años es la zooterapia, disciplina que entrena a los animales para que resulten de apoyo en los tratamientos de personas con diferentes tipos de discapacidad, temporarias o permanentes. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora cada 23 de marzo el Día Mundial de la Rehabilitación con el objetivo de resaltar la necesidad y el derecho que tienen las personas con discapacidad de poder acceder a tratamientos adecuados, como son las más comunes y difundidas son la equinoterapia, realizada con caballos, y la caninoterapia, con perros. 

Para estas intervenciones, explican los entendidos en la materia, se emplean animales especialmente entrenados para ello, respaldados por un equipo de profesionales que guían cada sesión y analizan la evolución de cada paciente.

Beneficios de la equinoterapia

La Asociación Argentina de Equinoterapia informa que la equinoterapia es un método terapéutico que utiliza el caballo, las técnicas de equitación y las prácticas ecuestres dentro de un abordaje transdisciplinario en las áreas de equitación, salud y educación, buscando la rehabilitación, integración y desarrollo físico, psíquico y social de personas con discapacidad.

Algunas de las patologías que se pueden tratar con la equinoterapia son el autismo, asma, parálisis cerebral, esclerosis múltiple y los accidentes cardiovasculares. En el plano de la salud mental y de desarrollo humano, se incluyen problemas de conducta, déficit de atención, abuso de sustancias, problemas alimenticios, necesidades de comunicación, problemas de relaciones humanas, ansiedad y depresión, entre otras. 

Entre las evoluciones favorables se reportan desde mejoras en la postura y mayor autonomía hasta avances en la comunicación verbal, los niveles de atención y memoria que en definitiva redundan en una mejora de su calidad de vida e inclusión social.

Varios estudios han mostrado que el paseo a caballo, por ejemplo, brinda al paciente una entrada sensorial a través del movimiento variable, rítmico y repetitivo. Terapéuticamente, la variabilidad de la marcha del caballo posibilita regular el grado de sensaciones que recibe el paciente; y físicamente, aumenta el equilibrio y la movilidad.

En Argentina, la práctica de la equinoterapia comenzó en 1978 de la mano de María de los Ángeles Kalbermatter, fundadora de la Asociación Argentina de Actividades Ecuestres para Discapacitados (Aaaepad). A sus 27 años, Kalbermatter fue diagnosticada con cáncer y sufrió una amputación de la pierna derecha, lo que la llevó a descubrir la equinoterapia a través de su recuperación.

El estímulo motivador de los perros

A través de la caninoterapia se perciben diferentes estímulos al tener contacto directo con los perros, entre ellos el ejercicio, los movimientos, la postura y el desarrollo muscular. Además, permite la creación de vínculos afectivos con las demás personas, por ello es muy efectiva en niños con problemas de timidez y baja autoestima. Es una terapia muy útil también en menores con síndrome de Down, autismo, problemas de lenguaje y conducta.

Estos perros, especialmente adiestrados para una tarea específica, pueden ser los ojos del ciego, como el perro guía; alcanzar objetos, abrir puertas o cajones para una persona con discapacidad motriz como el perro de servicio; avisar que suena el timbre o el teléfono o una alarma, como el perro señal para personas con discapacidad auditiva; o acompañar a personas con trastornos del espectro autista.

El trato con animales relaja a las personas, disminuye la ansiedad y fomenta la manipulación y la estimulación motora. Los perros de intervenciones asistidas en terapia o educación, junto a sus guías -que por lo general son sus dueños-, forman un equipo que se convierte en una herramienta novedosa y motivadora.

Fuentes: Asociación Argentina de Equinoterapia; Asociación Argentina de Terapia asistida con perros (Tacop); ONG Bocalán Argentina.

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