Aún no se ha determinado qué causa la provoca, aunque la genética está involucrada. Cómo es y qué terapias se aplican.

Puede provocar en quien la tiene una vergüenza social muy fuerte, cierta forma de depresión y producir aislamiento. Aunque afecta a alrededor del 3% de la población mundial, quien es diagnosticado con psoriasis suele sentirse muy solo y teme al rechazo de los demás.

En la Argentina, se estima que entre el 2% y el 3% de la población tiene esta enfermedad, que posee una causa poco clara, pero que se caracteriza por provocar inflamación por una alteración del sistema inmunológico.

Puede haber signos visibles de inflamación, como placas elevadas (que pueden tener un aspecto diferente según el tipo de piel del paciente) y escamas cutáneas.

Esto ocurre porque el sistema inmunológico hiperactivo acelera el crecimiento de las células de la piel. Normalmente, estas últimas crecen y se caen por completo en un mes. Pero cuando hay psoriasis, el proceso se da en tan solo tres o cuatro días. En lugar de caerse, las células de la piel se acumulan en la superficie. Los pacientes relatan que las placas de la psoriasis arden y pican.

Las placas y escamas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluidos el cuero cabelludo, piernas, pies, brazos, manos, espalda, torso, párpados, orejas, labios, pliegues de la piel. Las placas pueden ser como parches pequeños, aunque también afectar áreas grandes y estar presentes en más de un lugar del cuerpo a la vez.

Existen cinco tipos de psoriasis. Es posible tener más de un tipo al mismo tiempo y más de un tipo en la vida. Los tratamientos pueden variar según el tipo y la ubicación de la psoriasis.

La inflamación causada por la psoriasis puede afectar a otros órganos y tejidos del cuerpo. Cerca de una de cada tres personas con psoriasis también puede desarrollar artritis psoriásica. ¿Los síntomas? Hinchazón, rigidez y dolor en las articulaciones y áreas que rodean las articulaciones.

¿Qué origina esta enfermedad? De acuerdo con las investigaciones científicas, al menos el 10 por ciento de las personas heredan uno o más de los genes que podrían conducir a la psoriasis: ya hay 25 variantes genéticas identificadas vinculadas con que una persona tenga mayores probabilidades de desarrollar la enfermedad.

Sin embargo, solo entre el 2 y el 3 por ciento de la población llega a desarrollar psoriasis, algo que estaría vinculado a una combinación de genes con exposición a factores externos específicos o desencadenantes.

Estos desencadenantes de la psoriasis no son universales: lo que puede hacer que la psoriasis de una persona se active, puede no afectar a otra. El estrés, las lesiones previas en la piel y ciertos medicamentos pueden ser el gatillo de la crisis.

Entre las personas con psoriasis, el autocuidado es una parte esencial de la vida cotidiana y, en ese sentido, hacer ejercicio y alimentarse saludablemente son fundamentales, porque las personas con psoriasis tienen un riesgo levemente más elevado de desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares, que la población general.

Los tratamientos para la psoriasis están determinados por el tipo, la gravedad de la enfermedad y el área de la piel afectada.

Hay una amplia gama de tratamientos para la psoriasis y el equipo tratante deberá identificar cuáles son los más indicados para cada caso. Se dividen en tres categorías:
– Tópicos: cremas y ungüentos aplicados a la piel.
– Fototerapia: la piel es expuesta a ciertos tipos de luz ultravioleta.
– Sistémico: fármacos que se administran de manera oral (tratamiento no biológico) o mediante inyecciones (fundamentalmente, medicamentos biológicos).

Este último tipo de tratamiento busca reducir la inflamación al atacar a las células hiperactivas del sistema inmunológico. Por lo general, se emplean en el caso de las psoriasis moderada a severa que no han respondido a otros tratamientos.

Fuentes:
– National Psoriasis Foundation.
– Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis, AEPSO.

 

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