El mieloma, también conocido como mieloma múltiple, es una enfermedad oncohematológica, un ‘cáncer de la sangre’, que en un momento dado se desarrolla en las células plasmáticas, que son un tipo de glóbulo blanco que se produce en la médula ósea (material esponjoso que se encuentra en el centro de los huesos más grandes del cuerpo y es donde se producen todas las células sanguíneas).

Las células plasmáticas forman parte del sistema inmunológico y, en situaciones normales, producen anticuerpos (inmunoglobulinas) para ayudar al organismo a combatir las infecciones

El mieloma se desarrolla cuando el ADN de una célula plasmática se daña y esta célula anormal comienza a multiplicarse y diseminarse dentro de la médula ósea. Las células plasmáticas anormales liberan una gran cantidad de un solo tipo de anticuerpo, conocido como paraproteína, que no tiene ninguna función útil. 

A diferencia de muchos tipos de cáncer, el mieloma no se corporiza como un bulto o tumor. La mayoría de los problemas médicos relacionados con el mieloma son causados por la acumulación de células plasmáticas anormales en la médula ósea y la presencia de la paraproteína en el organismo.

A este cáncer se lo denomina múltiple porque afecta a los lugares donde la médula ósea normalmente está activa en un adulto, como los huesos de la columna, el cráneo, la pelvis, la caja torácica, los huesos largos de los brazos y las piernas y las áreas alrededor de los hombros y las caderas. 

Se calcula que el mieloma múltiple representa el 15% de los casos de cáncer de la sangre y el 2% de todos los casos de cáncer. Afecta principalmente a personas mayores de 65 años, aunque también ha sido diagnosticado en personas mucho más jóvenes. 

Los síntomas más comunes del mieloma múltiple son:

– Dolor y debilidad ósea y fracturas de huesos.

– Escasez de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas: es decir anemia, que causa debilidad, capacidad reducida para hacer ejercicio, dificultad para respirar y mareos; leucopenia, que implica tener menos resistencia a infecciones; y trombocitopenia, que origina sangrados profusos incluso con pequeños rasguños, heridas o contusiones.

– Niveles elevados de calcio en sangre.

– Entumecimiento de las piernas y debilidad muscular, cuando el mieloma afecta a los huesos de la columna vertebral.

– Problemas renales y mayor propensión a contraer infecciones. 

El mieloma es un cáncer remitente-recidivante. Esto significa que hay períodos en los que el mieloma causa síntomas y complicaciones y necesita tratamiento, seguidos de períodos de remisión o meseta en los que no causa síntomas y no requiere tratamiento. 

Aunque no existe aún una cura, el tratamiento del mieloma múltiple puede ser muy eficaz en lo que se refiere a controlar la enfermedad, aliviar sus síntomas y complicaciones y prolongar la vida. 

Fuentes: American Cancer Society. Fundación Argentina de Mieloma. Cancer Research UK.

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